sábado, 23 de agosto de 2008

¡Ya tengo ordenador!

Lo sé. Es una verguenza que os haya tenido completamente desinformados. Seguro que no os habrá quitado el sueño, pero estoy casi convencido de que muchos de vosotros, en estas entrañables fechas previas a exámenes de Septiembre, habreis levantado la vista de esos apuntes de (inserte puro aqui) y os habeis preguntado qué estaría siendo de mí, qué lugares estaría visitando, cuántos kilos estaría engordando, etc… Pobrecines míos. Os he privado cruelmente de excusas para apartaros de los estudios y dedicaros a placeres mas mundanos (como leer mi blog).

Pero no ha sido culpa mía, realmente. Para escribir entradas me hacía falta tener un ordenador con el que poder escribir tranquilo y concentrado. Últimamente el correo solo podía mirarlo desde el Mc Cormick Tribune Campus Center (otro día explicare qué es) o desde la biblioteca. Ambos sitios están abarrotados de gente casi siempre; y llamadme especial, raro y todo lo que querais, pero yo para escribir necesito tener cierta intimidad.

Comprarse un portátil no es algo que pueda hacerse así, de buenas a ligeras. Además en los ultimos seis días, desde que me instalé en mi residencia definitiva he tenido una agenda sembrada de reuniones y gestiones burocráticas. Y aunque he tenido alguna oportunidad (más bien pocas) para comprarme un ordenador, no ha sido hasta el día de hoy, 23 de Agosto del año 2008 de Nuestro Señor, que no he adquirido mi flamante laptop computer.

Ayer, tras realizar algunos trámites (espero que los últimos en una temporada) estuve paseando por el centro con un grupo de madrileños. Después de ver ropa en Bloomindales, Macy’s y TJ Max entramos en un Office Depot que queda en State Street, entre Monroe y Madison. En un principio íbamos a proveernos de material escolar pues habíamos comenzado clases el día anterior y yo solo tenía un miserable taco de folios y un pilot que me presto un chico aquí. Y entonces vi un Sony Vaio™ de oferta (alguna ventaja tenia que tener la vuelta al cole). Estuve a un tris de pillármelo, pero preferí consultarlo con la almohada primero. Esta mañana empujado por enésima vez a leer correo en los ordenadores del Mc Cormick Tribune Campus Center, privado de la confortable privacidad de mi apartamento tomé una decisión. Una hora y diez minutos más tarde estaba en mi piso con mi Sony Vaio™.

Así que en breve reanudare el relato de mis vivencias justo en el punto exacto donde lo dejé. A punto de coger el avión a Chicago. La espera ha terminado. Gracias por vuestra paciencia.

1 comentario:

Luis dijo...

Hola!, bueno, otro blog más al que seguir. Espero que con tu nuevo portátil puedas contarnos muchas cosas de Chicago. Te leeré desde el otro lado del océano (el Pacífico, por supuesto :P).

Hasta pronto!!

PS: gracias por el reloj :).