domingo, 28 de diciembre de 2008

A bordo del Odyssey II

Apunte preliminar: El Odyssey II es un yate. Esta entrada que van a leer no es la continuación de otra anterior. A lo mejor creéis que ha sido una gilipollez hacer esta aclaración pero os sorprendería lo propensa que es la gente a sacar conclusiones erróneas.

En fin… ¿Por dónde lo había dejado?… ¡Ah, sí!... Halloween. Bien, pues resulta que a la noche siguiente los chicos del ISO (la International Students Organization del IIT) habían fletado un yate-casino, el Oddysey II, para que nos divirtiésemos un poco. Sorprendentemente (al menos para mí), mucha gente se veía más atraída por la idea del casino más que por realizar un crucero nocturno por el lago (será que yo tengo el casino de Torrelodones al lado y ya estoy acostumbrado…) . Además, este casino de a bordo era de pega. Los croupieres eran otros alumnos del IIT. Con la entrada tenías derecho un número de fichas y al final con todas ellas podías participar en una subasta de premios. El IIT no quiere empujar a sus estudiantes a una vida de ludopatía y otros excesos. ¿Quién podría pagar la matrícula entonces?



Esto que veis aquí arriba es el Odyssey II, un yate que amarra siempre en el Navy Pier, un puerto de recreo localizado en la boca del río en Chicago. A las once y media de la noche, nada más subir al barco se sirvió el buffet y se levaron anclas. El yate era bastante lujoso y la comida estaba muy bien (teniendo en cuenta lo que nos costó el pasaje yo pensaba que acabaríamos comiendo ganchitos de queso en un esquife). Al levantarnos de la mesa fuimos a investigar el yate. Me encantan las travesías en barco, tienen algo especial. No sé explicarlo. Subimos a la cubierta a contemplar la impresionante vista de la ciudad que se tiene desde el lago. Chicago de noche es tan impresionante como de día, y además como añadido tiene el encanto de las luces que te hace pensar que estas contemplando en una ciudad onírica y futurista.



Por desgracia no se podía quedar uno en la cubierta mucho tiempo debido al furioso viento glaciar que sopla desde el oeste, así que decidimos bajar de nuevo. Una vez de vuelta al interior del yate, nos unimos a la gente que se entregaba al vicio del juego. Black jack, poker, ruleta… Todos los típicos estaban aquí. Yo al final no jugué a nada, las colas para ocupar un asiento en una mesa de juego le quitaban las ganas a cualquiera. Algunos españoles consiguieron estar jugando un buen rato. Al final de la travesía, todos los españoles juntamos nuestras fichas a ver si podíamos entre todos optar a algo en la subasta, pero no había caso. Tanto los indios como los chinos nos superaban en número.

A eso de las tres el barco volvió al Navy Pier. Y de allí rumbo al IIT en bus. Así acabo nuestra apacible travesía por el lago Michigan a bordo del Odyssey II. Una noche a recordar, sin duda.

Estate pendiente de las próximas entradas de “Civis Chicagolensis Sum”.

3 comentarios:

nuriabenn dijo...

Bien!!!!!

por fin comentas

Miguel dijo...

¡Hiiijo de puta!
¿¡Te subiste en eso!?

nuriabenn dijo...

Mucho soy lo peor soy lo peor pero has vuelto a abandonar el blog...
un beso fuerte